Aplicando un filtro ganador a la mejora continua – Sebastian Brau

Lean Manufacturing

Publicado el agosto 8th, 2018 | por webmaster

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Aplicando un filtro ganador a la mejora continua

Hace unos días, nos encontramos con un titular que decía que “la mejora continua matará a tu equipo y a tu carrera”. Leyendo el artículo, vimos que, como ya el título lo implicaba, su autora demeritaba esta filosofía empresarial, afirmando que, a la larga, la única consecuencia de implementarla es desmoralizarnos como líderes y a nuestro personal.

Esto nos causó mucha curiosidad, precisamente porque llevamos más de 18 años en iLEAN implementando medidas de mejora continua en las empresas a través de Lean Manufacturing, lo que nos lleva a tener argumentos más que probados a favor de los grandes beneficios que esta trae a las empresas.

La premisa del artículo escrito por Martha Wilson empieza con una pregunta que le hizo alguna vez una cliente: ¿dónde está la línea entre aceptarme como soy y seguir mejorándome?. Esta afirmaba que estaba de acuerdo en que crecer como persona la iba a convertir cada vez más en una mejor profesional, pero no había encontrado cómo hacerlo sin sentirse abrumada, o incluso un tanto inepta.

Y estos interrogantes continuaban con ¿cómo pueden los líderes asegurarse de que el trabajo se haga mejor, más rápido, con menos defectos y de forma más eficiente a menos que se mitiguen las debilidades en el equipo?

El principal ataque de la autora en contra de las metodologías de mejora continua es que estas se encaminan simplemente a detectar problemas y solucionarlos. Afirma además que, como la perfección no existe, esto quiere decir que las empresas tienen defectos, no funcionan o no añaden ningún valor.

La autora continúa diciendo que la mejora continua proviene de un lugar de miedo y victimización. Que esta ejerce una constante presión en contra de las personas u organizaciones mejoren. Entonces, en el lugar de trabajo surgen medidas que se aplican solo porque “están de moda”, empleados preguntándose qué están haciendo mal y jefes perdiendo tiempo en minutas, por lo que no es de extrañar que las personas dentro de las compañías se sientan frustradas, “quemadas” y enojadas.

Nosotros, como líderes, también nos hemos hecho estas preguntas en algún punto del camino, pero a través de nuestra experiencia hemos descubierto que la respuesta a estas sí que está en la mejora continua. Sin embargo, pensamos que el enfoque que da al artículo en mención ante estos procesos está equivocado desde la misma manera en que estas preguntas se formulan.

Como primera medida, los pensamientos de miedo y dudas que pueden y van surgir en el personal cuando empiezas a aplicar la filosofía de mejora continua en tu compañía provienen de la falta de un filtro ganador que te permita como líder, y en consecuencia a tus empleados, verla como algo potenciador, en lugar de limitante.

Cuando en una empresa se implementan metodologías de mejora continua, estas van enfocadas a aumentar las fortalezas de los líderes y, por tanto, de los equipos de trabajo, no a señalar sus debilidades. Si fuese cierto que en la compañía nada estuviese funcionando como necesitas que lo haga, lo más fácil y sensato sería clausurar todo y comenzar de cero. Pero esto no es cierto. Seguramente en tu planta, por ejemplo, las máquinas funcionan correctamente y tienes empleados que hacen su trabajo de manera excepcional. Y es aquí donde entra la mejora continua, haciendo que tanto tus máquinas como tus empleados trabajen a su máxima capacidad, aumentándola poco a poco, paso a paso.

Por otro lado, la mejora continua no se trata de presionar a tus colaboradores para que la empresa aumente sus beneficios, sino de enriquecer su trabajo a través de retroalimentaciones y entrenamiento constante. De esta manera, evitas que tus empleados se sientan frustrados, “quemados” y enojados. No eres el líder invisible que revisa que todo esté marchando sobre ruedas desde la comodidad de su oficina, en las sombras, sino el que se remanga la camisa y trabaja junto con su equipo para que se cumplan y se excedan los objetivos empresariales.

Y la mejor manera de evitar implementar medidas de mejora continua en tu empresa solo porque están de moda y todo el mundo lo hace es, como siempre lo hemos reiterado, informarte muy bien acerca de este tema y encontrar las que mejor se ajusten a las necesidades específicas de tu compañía a través de expertos en la materia, que podrán resolver todas tus dudas y darte las mejores soluciones.

Finalmente, continuando con la idea de que la perfección no existe, la autora afirma que, en lugar de esta, los líderes tendrían que perseguir la maestría, y que esto pueden lograrlo haciéndose cuatro interrogantes: ¿en qué soy realmente bueno?, ¿cómo puedo hacer más de eso en lo que realmente soy bueno?, ¿cómo puedo utilizar esas capacidades para alcanzar mis objetivos?, ¿qué pasaría si me vuelvo incluso mejor en lo que ya hago bien? En este punto cabe cuestionarnos, ¿acaso no son estas las mismas preguntas que se hacen los líderes y los equipos que buscan la mejora continua?

En conclusión, un artículo que a primera vista parece estar en contra de la mejora continua lo que hace, en últimas, es reafirmarla como una teoría válida, cuyo éxito para alcanzar y rebasar los objetivos organizacionales en las compañías ha sido más que probado, cuando le aplicas un filtro ganador que en lugar de limitarla, la potencie.

 

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