Metodologías

Publicado el septiembre 18th, 2018 | por webmaster

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Cinco principios de Lean Manufacturing definidos por Womack y Jones

En su libro La Máquina Que Cambió el Mundo, JP Womack y Daniel Jones definieron cinco principios de Lean Manufacturing que son la base fundamental de esta filosofía.

Estos son:

Especificar el valor del producto según lo perciba el cliente
Identificar la cadena de valor
Dejar que la producción y el valor fluyan
Permitir que el cliente obtenga lo que desea
Perseguir la perfección

Estas premisas pueden ser utilizadas para definir el objetivo de cualquier sistema Lean, el cual es “especificar claramente el valor para alinear todas las actividades para un producto a lo largo de un flujo y hacer que el valor circule sin problemas hacia la atracción del cliente buscando la perfección”.

Veamos cada uno de estos principios en una forma más detallada.

Especificar el valor del producto según lo perciba el cliente

Necesitas definir de la forma más exacta posible qué es lo que tu cliente quiere, no lo que piensas que es el producto, sino cuál es su valor ante sus ojos. Por ejemplo, si tu cliente desea comida cocinada de forma rápida y segura, esto no quiere decir necesariamente que busque un microondas; si requiere tener acceso a internet, es posible que no esté aspirando a comprar un computador portátil. Con esto queremos decirte que no se trata de forzar a tu cliente a adquirir lo que consideras más conveniente para ti.

El uso de una lluvia de ideas, el despliegue de la función de calidad (QFD) y otros procedimientos pueden ayudar a tu organización a delimitar de manera precisa lo que tus clientes perciben como valor.

¿Y qué es el valor?

El valor es algo que el cliente desea de forma específica, y por lo que está dispuesto a pagar. Y lo increíble es que sabiendo esto sigamos gastando la mayoría de nuestro tiempo y recursos haciendo cualquier cosa, menos añadiendo valor. Los estudios no mienten al mostrar que solo pasamos un 5% de nuestro tiempo aumentando el valor de nuestros productos o servicios. El resto de la jornada se nos va en esfuerzos inútiles, como esperar, reelaborar, transportar, mudar, entre otros desperdicios que créenos, tu cliente no considera como algo por lo que debería pagar.

Existen siete tipos de desperdicio en la producción, y mucho de lo que hacemos dentro de una implementación de Lean Manufacturing es buscar los focos de desperdicio y eliminarlos. Sin embargo, esto a menudo va por mal camino. Se hace necesario que identifiquemos aquellos pasos dentro del proceso que nos añaden valor para hacerlos lo más eficientes y libres de desperdicio que podamos. El hecho de solo buscar las áreas de despilfarro hace que tendamos a empezar a trabajar en mejorar procesos que son inútiles y no deseados por el cliente, de este modo terminamos haciendo que los procesos que no añaden ningún valor sean más eficientes, lo que constituye otro desperdicio en sí.

Identificar la cadena de valor

El flujo de valor se define como la serie de procesos interrelacionados que producen valor, desde la materia prima hasta su uso final, incluso podríamos decir que hasta el reciclaje del producto una vez ha concluido su vida útil. Aquí solo hablamos de los pasos que añaden valor, no de los que no lo hacen, aunque todos los pasos hagan parte del proceso. Mediante la aplicación de Lean lo que se busca es remover o minimizar en lo posible aquellos pasos que no añaden valor, viendo el flujo de valor desde el punto de vista del producto, no de los departamentos individuales o incluso de la compañía. Esto puede ser trazado usando herramientas como Value Stream Mapping (VSM) para crear mapas de estado actuales y futuros del flujo general.

Piensa en tus procesos actuales cuando definas su flujo, no en términos de los departamentos dentro de tu compañía. Muchas implementaciones Lean terminan creando flujos de valor donde no hay «departamentos» como tales, sino un flujo puro a través de la empresa por el valor en sí mismo.

Dejar que la producción y el valor fluyan

El flujo ideal sería de una sola pieza, sin embargo, esto a menudo no es factible debido a las configuraciones de las máquinas y la necesidad de hacer circular múltiples flujos de productos. Pero lo que estamos tratando de lograr es el flujo de productos de un paso al siguiente, siendo cada uno de valor agregado. Nunca demores un paso que te añada valor mediante uno que no te lo dé, mientras te sea posible haz esto en paralelo a otro paso de valor agregado.

Este flujo se logra a través de una gran cantidad de ideas y herramientas de Kanban, como máquinas pequeñas o el diseño de celdas.

Permitir que el cliente obtenga lo que desea

Uno de los mayores desperdicios en cualquier sistema es el causado por un exceso en el inventario, este oculta todos los demás problemas en tu proceso y causa otros tipos de desechos. El inventario ocupa espacio, requiere apilamiento, almacenamiento y transporte; mejor dicho, se come tu capital.

El sistema ideal es aquel en el que tu cliente realiza el pedido y tú lo fabricas solo cuando es ordenado. Esta es una situación ideal y muchas industrias no creen que puedan lograrlo. Pero Lean es un viaje sin fin, y con la evolución de la tecnología y los requisitos del cliente, es posible.

En muchos casos, un modelo de producción Pull a través de una fábrica utilizando la programación se puede lograr de manera muy simple. Mediante el uso de sistemas Kanban, es posible configurar tu producción para que las órdenes de tus clientes se satisfagan de forma rápida y que las piezas se fabriquen por pedido a partir de componentes estándar o extraídos de una pequeña reserva de almacenamiento intermedio que será reabastecida en gran medida, de la misma manera que un supermercado llena las estanterías en cuanto los clientes compran el producto. De hecho, la idea de este método de producción surgió de un supermercado.

Perseguir la perfección

Si ya has sobrepasado los primeros cuatro pasos, entonces has podido prevenir que una enorme cantidad de desperdicio aparezca dentro de tus procesos. Sin embargo, con la ayuda de todos tus empleados aún necesitarás buscar la perfección, entregando de forma exacta lo que tu cliente quiere, cuando lo quiere, a un precio aceptable dentro del mercado y eliminando el desperdicio del todo.

Por favor, no salgas a compararte con tus competidores, mucho menos a tratar de igualarlos o vencerlos por poco, tu objetivo es tener cero desperdicios en tu producción y con ello la capacidad de ofrecer valor real a tu clientes.

Has de involucrar a cada uno de tus empleados en la implementación de herramientas Lean como Kaizen con el fin de impulsar la mejora continua en todos y cada uno de los aspectos de tu compañía. Lean no se trata solo de mejorar un proceso en particular, sino de hacerlo con todos.

Pensamiento Lean

Llegarás a adoptar por completo el pensamiento Lean cuando logres aplicar todos estos principios a tu organización, sin importar si esta fabrica productos u ofrece servicios. De hecho, esto es en lo que enfatizan Womack y Jones en el libro que se considera la continuación de La Máquina Que Cambió el Mundo: Lean Thinking.

En cualquier tipo de negocio que emprendas, te encontrarás con que tu cliente tiene ciertas necesidades, y el hecho de que puedas suplirlas de la mejor manera es lo que este valorará.

En conclusión, serás capaz de proveer este valor a través de una serie de procesos relacionados entre sí que forman el flujo de valor. Verás que algunos de estos procesos o de los pasos que los componen añaden poco o nada de valor al producto final, has de identificarlos para eliminarlos o minimizarlos cuanto más puedas. Haz que tu valor fluya según las necesidades de tu cliente para reducir el desperdicio usando herramientas como Just in Time (JIT). Por último, persigue la perfección.

El pensamiento Lean que alcanzarás mediante el uso de los principios que acabamos de mencionar puede ser aplicado a cualquier negocio, sin importar que sea grande o pequeño, dentro de cualquier tipo de industria, y sin duda te ayudará a prosperar en la economía global de hoy.

 

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*Fuente: Lean Manufacturing Tools.


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