¿Está el mundo listo para la transformación digital?

La cita anual del Foro Económico Mundial en Davos ha sido un lugar donde se ha compartido mucha información tecnológica privilegiada, pero la transformación digital, que fue el concepto de moda en este año, podría traducirse en cambios profundos tanto para las empresas como para los trabajadores.

Bien sea a través de robots, automatización o inteligencia artificial, el impacto de esta transformación está aumentando la presión para los gobiernos, pues los empleados han mostrado una justificada preocupación por el cambio en su modo de vida y su futuro.

“Todas las compañías, técnicas o no, tienen una responsabilidad muy grande”, afirmó Jean-Philippe Courtois, jefe de ventas global en Microsoft, en una entrevista para AFP, donde dijo además que el botín de la economía digital “debería ser redistribuido a una cantidad más amplia de personas, lo que significa un compromiso, por ejemplo, en materia de educación”.

Compañías tecnológicas como Microsoft, Amazon, Google e IBM están acumulando ganancias por construir esa transformación mientras sus clientes empresariales despiden a su personal en favor de la automatización y la digitalización de los datos.

En una encuesta, la firma de consultoría McKinsey encontró que solo el 8% de las compañías creía que sus modelos de negocio actuales sobrevivirían si la industria se sigue digitalizando al ritmo de hoy. El reporte sostiene que las compañías “subestiman el impacto creciente de la digitalización, los cambios de comportamiento y la tecnología que lo impulsan, y, quizás más que nada, la magnitud de la disrupción que las va a afectar”.

Los ejemplos de cambio digital han proliferado en los últimos años, tal vez sobre todo en Europa, donde gigantes corporativos como Ford e ING han reducido sus nóminas.

Los servicios financieros «fueron diseñados principalmente para servir a personas que trabajaban en un empleo de nueve a cinco por un solo empleador, muchas veces durante toda su carrera», dijo Bill Ready, director de operaciones de PayPal. «Pero los cambios en la forma en que se gana el dinero deben ir acompañados de cambios en la forma en que se paga y se administra», agregó, y eso requiere una transformación digital.

El supermercado del futuro y otras transformaciones tecnológicas

La propia Microsoft ya ha hecho la transición después de que su antigua fuente de efectivo, el sistema operativo Windows, perdiera cuota de mercado, ofreciendo en lugar de ello servicios remotos en la nube informática.

En un café emergente en el Paseo de Davos, los empleados de Microsoft mostraron videos interactivos, o «historias», como ellos les llamaron, que ilustraban las pequeñas revoluciones que afirman su inteligencia artificial puede ofrecer.

Uno presentaba «el supermercado del futuro», incluidos los «estantes digitales» que pueden mostrar anuncios y cambiar los precios utilizando una red de sensores.

Las empresas pueden comprar esta tecnología en el mercado, «pero también necesitan crear su propio núcleo digital y como resultado de ello, se convertirán en compañías digitales», dijo Courtois. Pero en la búsqueda urgente de modernizar, las empresas «tienen que tener muy claro a dónde quieren ir».

Los datos siguen siendo el núcleo de esta tecnología. Ahora se pueden recolectar y tratar de maneras innovadoras y, para algunos, aterradoras, como el reconocimiento facial.

Pero donde algunos ven un mundo nuevo, otros ven caos, con escenas de violencia de los taxistas contra Uber, o los gobiernos de las ciudades que están tomando el control de Airbnb, preocupados por su industria hotelera.

¿Nos estamos quedando atrás?

Esta «cuarta revolución industrial se está moviendo más rápido de lo que nadie esperaba», dijo el experto del Foro Económico Mundial Murat Sonmez. «Las empresas y los gobiernos se están quedando atrás en la respuesta a este ritmo, operando continuamente de forma demasiado tardía», dijo.

Los gobiernos dicen que ahora están listos para enfrentarse a la gran tecnología, sobre todo después del escándalo masivo de Facebook, en el que se evidenció que los datos privados se estaban recopilando para el beneficio político de Cambridge Analytica.

En un discurso en el foro de Davos, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que los organismos multilaterales como la Organización Mundial de Comercio deberían supervisar los flujos de datos transfronterizos. Por su parte, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, dijo que su país presionará por una mejor supervisión de los datos durante su presidencia del G20 en este año.

La Unión Europea ha liderado el camino para imponer mayores límites a la forma en que las empresas pueden usar los datos, con reglas de privacidad estrictas conocidas como el Reglamento General de Protección de Datos.

Courtois, de Microsoft, dijo que respaldó completamente al Reglamento en mención y destacó que las reglas sobre tecnología deberían ir aún más lejos. «Hay un elemento humano crucial y debemos discutirlo con los reguladores para asegurarnos de que juntos construyamos una inteligencia democrática, accesible y justa, desarrollada para la sociedad», dijo.

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Fuente: Phys.