La tecnología ya se ha apropiado del 90% de las tareas que los humanos solíamos hacer

Hace poco, a Glenn Luk, experto en la materia, se le formuló la siguiente pregunta para un artículo de Quora: ¿Qué pasaría si los humanos perdieran el 90% de los empleos en el mundo debido a los robots, la automatización y la tecnología? A lo que contestó: Estaríamos donde estamos hoy.

Si bien la respuesta que dio Luk puede parecer algo ilógico a primera vista, al analizarla con mayor detenimiento nos deja mucho en qué pensar.

Hace 100 años, la inmensa mayoría de las personas en todo el mundo trabajaban en granjas. Las invenciones y la proliferación de la tecnología ha hecho posible que, en este momento, un pequeño grupo de agricultores proveen alimento para todos nosotros.

Hace un poco más de 100 años, existían millones de empleos relacionados al principal medio de transporte de la época, los carruajes, como la construcción de estos, la fabricación de látigos, la crianza de caballos y la limpieza de sus excrementos. De nuevo, el progreso y la tecnología han eliminado estos trabajos en gran parte, y aquí estamos.

Hace 70 años, un poco más del 3% de la fuerza laboral en los Estados Unidos se encontraba en la industria del ferrocarril, que transportaba personas y mercancías a lo largo del país. Hoy en día, solo el 0.1% de los trabajadores están en este sector, aunque sigue moviendo tres veces más cantidad de carga por toda la nación.

La NASA solía emplear computadoras humanas para calcular trayectorias de vuelo que ayudaban a llevar las naves espaciales a su destino. Ahora mismo, el poder agregado de la computación humana es ínfimo comparado con el que tienen los dispositivos de bolsillo.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo los empleos y su naturaleza han cambiado a través de los años, derivados de la enorme ingenuidad humana para resolver problemas. Según el punto de vista de Luk, los robots y la inteligencia artificial son apenas otro capítulo en el impulso continuo humano hacia una mayor productividad e innovación.

Cómo lidiar con la disrupción

A pesar de lo mencionado con anterioridad, Luk advierte que antes de que nos unamos en un fuerte abrazo global y abracemos un futuro utópico de abundancia ilimitada, necesitamos ser muy conscientes respecto a cómo el cambio disruptivo causado por las nuevas tecnologías puede ser la causa principal de un conflicto global.

No hace mucho, la globalización era ensalzada por las masas. Los inmigrantes serían bienvenidos, nuevas invenciones y tecnologías iban a revolucionar el mundo y la economía haría que todos fuésemos ricos.

Estamos hablando de algo que sucedió a mediados de los años 90. Y hemos de recordar que, cerca de 1890, el mundo se vio inmerso en lo que se podría definir como su periodo más destructivo. El cambio veloz en la tecnología derivó en transformaciones masivas en la sociedad, la política, las comunicaciones, la cultura, la planeación urbana e incluso la reducción del tamaño de los hogares.

El cambio rápido en la tecnología es algo disruptivo, y tenemos que estar preparados para esto. Por lo tanto, debemos responder preguntas fundamentales. Por ejemplo, ¿Cómo abordaremos el desafío que representa la distribución equitativa de la riqueza? ¿Bajo qué parámetros estableceremos lo que es equitativo? ¿Qué pasaría si la tecnología robótica estuviese concentrada en las manos de unos pocos? ¿Qué cambios deberían hacerse en nuestro sistema político actual para adaptarlo al futuro? ¿Cómo funcionará el concepto occidental de soberanía cuando las fronteras ya no sean definidas solo en términos físicos? ¿Qué pasaría si el cambio tecnológico se da más rápido de lo que podemos predecir?

Si bien Luk se mantiene optimista al respecto, a veces le preocupa que la humanidad aún no esté preparada de la forma más adecuada para contestar estos interrogantes. O bien, que se necesiten cambios explosivos para llegar finalmente a la siguiente etapa del desarrollo humano. Luk piensa que así como los empresarios invierten tiempo y esfuerzo en tratar de innovar e impulsar la productividad humana, también deben averiguar cómo la sociedad debe evolucionar, en la forma menos disruptiva y más enfocada en los humanos posible, para adaptarse a las nuevas tecnologías.

Luk sostiene que hemos creado una cantidad masiva de riqueza, y ahora necesitamos aprender cómo compartir el botín en una forma justa y equitativa que además cree los incentivos correctos para que los generadores de esta riqueza continúen yendo hacia adelante.

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Fuente: Forbes.