Publicado el abril 11th, 2019 | por webmaster
0Por qué la fabricación no puede ser dominada por completo por los hombres
De acuerdo a los últimos estudios que se han realizado sobre el tema, las mujeres son el 47% de la fuerza laboral de los Estados Unidos. Estamos hablando de casi 74 millones de personas. Ahora, el porcentaje de mujeres en puestos dentro del sector manufacturero es del 29%. Menos de un tercio.
Esto nos lleva a cuestionar la razón por la que se presenta esta disparidad. Por qué, en un sector de la industria que no solo está floreciendo sino enfrentando una falta potencial de trabajadores, el porcentaje de mujeres es tan bajo. Y, lo más importante, a preguntarnos qué podemos hacer al respecto.
Una oportunidad de crecimiento
Para responder estas preguntas, pongámonos un poco en contexto. Se ha aceptado ampliamente que el movimiento hacia la Industria 4.0 ofrece al sector manufacturero una oportunidad de reinventarse y enfrentar de una mejor manera desafíos que ha venido presentando en cuanto a la fuerza laboral.
Es claro que lograr atraer a más mujeres a la industria es una parte clave de ello. Sin embargo, el enfoque no debe estar tanto en la tecnología o en la equidad de género como en el crecimiento, o mejor, en la oportunidad de crecer.
En este momento, muy pocos podrían no estar de acuerdo en que con un número más equitativo de hombres y mujeres dentro de una organización se logra un rendimiento mejor. De hecho, un artículo reciente de Forbes cita una clara y positiva correlación entre la diversidad de género en los equipos ejecutivos y el rendimiento financiero.
Por otro lado, algunas investigaciones que se han realizado a principios de este año han encontrado que los países gobernados por mujeres alcanzan en promedio un crecimiento del PIB del 5.4%, comparado con el 1.1% que alcanzan las naciones lideradas por hombres.
Podemos añadir al impacto positivo de la equidad de género aspectos como el pensamiento diverso, la colaboración e innovación; que se hacen más claros en empresas fabricantes donde las mujeres tienen una mayor participación que el 29% promedio.
Cómo resolver el problema de la imagen del sector
La lista colectiva de prioridades de los fabricantes debería estar encabezada por la mejora de la imagen del sector. Sigue siendo muy común que las mujeres que se están graduando de los colegios y universidades o están buscando una nueva oportunidad profesional no consideren hacer carrera en la fabricación. O si llegaran hacerlo, les basta ver más de cerca lo que sucede en la industria, y lo poco que esta hace para inspirarlas.
Esto no se trata de discutir si las mujeres tienen menos fuerza física que los hombres, ni decir que ciertos trabajos no son para ellas. Tampoco se trata de ofrecer a las mujeres arreglos de trabajo flexibles o un mejor balance entre su vida personal y profesional, ya que estas son ventajas que deberían ser dadas a cualquier persona, sin importar su género.
En lugar de ello, las compañías deben demostrar a las mujeres que trabajar en la fabricación puede ser algo inspirador y enriquecedor. Algo que ofrece roles desafiantes e interesantes, un camino claro hacia el progreso, y una cultura colaborativa.
Por supuesto, ningún cambio de imagen puede darse de la noche a la mañana, pero los fabricantes necesitan actuar ahora para empezar a transformar la percepción que se tiene de ellos más allá de su planta.
En particular, esto significa cambiar la manera y el lugar en que reclutan nuevo personal, así como recalibrar la forma es que desarrollan las carreras de las mujeres que ya se encuentran laborando en el sector.
Un nuevo campo de batalla por la adquisición de talento
En adición al problema de la percepción que se tiene sobre el sector, las compañías fabricantes ya no solo están compitiendo entre sí para obtener al mejor personal. Están también compitiendo con compañías de tecnología disruptiva.
Sin importar su género, origen étnico, antecedentes o cualquier otro factor, el mejor talento de hoy está unido por el deseo de carreras estimulantes y significativas. Quieren sentirse parte de algo importante, empoderados para innovar y hacer posible un cambio real y duradero.
Esta pulsión por hacer la diferencia es lo que está llevando al mejor talento femenino al sector tecnológico. Depende de la industria manufacturera demostrar a las mujeres que la fabricación es el mejor lugar para hacerlo.
La clave está en el enganche
Por fortuna, organizaciones como Women in Manufacturing ya están haciendo grandes progresos en este sentido gracias a una serie de iniciativas que apuntan a mujeres que quieran compartir perspectivas, obtener información industrial de primera mano, mejorar sus habilidades de liderazgo y comunicación, participar en programas de alianza y hacer networking con sus pares.
Sin embargo, estas organizaciones no pueden hacer todo el trabajo por sí mismas. Es el momento de que toda la industria manufacturera dé un paso más allá para contar una historia positiva y atractiva a la próxima generación de trabajadoras.
Esto se puede lograr alentando a las mujeres que ya trabajan en fabricación a compartir sus experiencias y actuar como mentoras para las jóvenes que buscan empleo. Se puede trabajar de la mano de colegios y universidades para fomentar a las jóvenes a escoger una carrera en disciplinas STEM. Y hacer un mejor trabajo al mostrar toda la gama de oportunidades disponibles en un sector que está evolucionando y yendo hacia la transformación digital.
Marcie Merriman, líder de EY Americas Cultural Insights and Consumer Strategy, afirmaba al respecto que “a medida que las oportunidades laborales para las mujeres han evolucionado durante las últimas décadas, también lo han hecho sus expectativas. Si no demuestras una equidad de género, no solo te estás quedando corto, te estás aferrando al pasado. Y estás cerca de ser historia”.
Los líderes deben hacer su trabajo
La equidad de género comienza en la punta de la pirámide, no en el departamento de talento humano. Los directivos deben comprometerse abiertamente a lograr que más mujeres ocupen roles en todos los niveles del negocio.
Además, en lugar de limitarse a proclamar que están decididos a aumentar la representación femenina en la fuerza laboral, deben responsabilizarse por hacerlo. Entonces, si el número de mujeres reclutadas y retenidas no mejora, es el deber de cualquier junta de una empresa manufacturera preguntarse por qué y, si es necesario, buscar alternativas para que esto suceda.
En cierto modo, esto no es un nuevo desafío. Desde las fábricas de la primera revolución industrial hasta el advenimiento de la locomotora de vapor, la industria manufacturera tiene una larga y orgullosa reputación de alterar el status quo y tener un impacto positivo en la sociedad. Abordar la inequidad entre hombres y mujeres es solo otra forma de hacerlo.
Además, recordemos la correlación entre las mujeres en los roles ejecutivos y el desempeño financiero. Si los fabricantes quieren aprovechar el potencial indiscutible, por no mencionar lucrativo, de una fuerza laboral con diversidad de género, deben actuar ahora para dejar de lado la reputación de que solo los hombres tienen cabida en los puestos importantes dentro del sector. No pueden darse el lujo de no hacerlo.
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Fuente: Forbes.