Publicado el abril 16th, 2019 | por webmaster
0Por qué las habilidades serán la moneda de cambio en el futuro del trabajo
A medida que el mundo en su gran mayoría ha entrado a la era de la digitalización, la automatización y la aceleración, la tecnología no es el activo más importante dentro de las empresas de hoy: lo es la pericia. Ahora, la tecnología es algo relativamente abundante, lo que deja a la pericia como el recurso escaso y diferenciador que está en mayor demanda.
Dos cambios profundos están transformando la forma en que las empresas necesitan operar para seguir siendo competitivas. Esto nos obliga a todos a revisar de nuevo la manera en la que entrenamos y capacitamos a nuestra fuerza laboral.
El primer cambio involucra la forma de obtener nueva información. Lo usual era que el acceso a la educación fuese escaso. En un mundo como ese, las universidades y los empleadores tenían roles específicos, recolectar información y administrar programas de educación y desarrollo de habilidades.
Ahora, la información y educación se encuentran en cualquier parte donde las personas tengan acceso a internet. Esto hace que el desarrollo de nuevas capacidades esté disponible en cualquier momento, lo que hace que el proceso de aprendizaje continuo haga parte de las expectativas empresariales estándar.
El segundo cambio hace referencia a la innovación. A escala, la innovación ha sobrepasado nuestra capacidad para desarrollar más experticia, dejando a la economía global con una creciente brecha de habilidades.
Esto quiere decir que, a medida que avanzamos hacia el futuro, se proyecta que haya una escasez masiva de habilidades y experticia. Esto lleva a vacantes sin quién las llene y oportunidades económicas perdidas debido a que no podemos mantener el paso.
En un reporte de 2018, el Korn Ferry Institute informa que los principales mercados de Oriente Medio, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, enfrentan una escasez inminente de talento altamente calificado. Esto significa que para 2020 pueden perderse, respectivamente, unos 14.5 mil millones y 26 mil millones de dólares en producción no realizada. Esas cifras podrían incrementarse a cerca de 51 mil millones y 207 mil millones dentro de una década.
Una encuesta global de PwC encontró que los CEOs ahora clasifican la falta de disponibilidad de habilidades clave como una de las principales amenazas para las perspectivas de crecimiento de su organización. Y un estudio de McKinsey encontró que el 62% de los ejecutivos creen que necesitarán volver a capacitar o reemplazar a más de una cuarta parte de su fuerza laboral para 2023.
Esto quiere decir que cada persona, compañía o estado que priorice el desarrollo de habilidades y la experticia tendrá una ventaja competitiva masiva, al tener abundancia de un recurso extremadamente escaso.
En este sentido, las universidades juegan un papel clave. Pueden hacer alianza con empresas para ofrecer cursos, bien sea online, que enseñen habilidades nuevas y emergentes. Las iniciativas gubernamentales también pueden ser de gran ayuda. Por ejemplo, Singapur lanzó el proyecto SkillsFuture, que proporciona a todos sus ciudadanos acceso a programas de capacitación.
Por su parte, los Emiratos Árabes Unidos están desarrollando de forma proactiva sus propias iniciativas de mejora de habilidades y experiencia, incluyendo el Programa Nacional de Expertos. El jeque Mohamed bin Zayed, Príncipe Heredero de Abu Dhabi y Comandante Supremo Adjunto de las Fuerzas Armadas, dijo: «es esencial que el país invierta en su recurso más valioso, sus propios ciudadanos, para impulsar a la nación en las generaciones venideras”.
Los lugares de trabajo deben tomar la iniciativa y hacer del aprendizaje una parte estándar del trabajo. Randall Stephenson, CEO de AT&T, le dijo al New York Times que espera que los empleados que dedican menos de un ideal de cinco a diez horas a la semana para aprender «se vuelvan obsoletos». Por su parte, JP Morgan Chase anunció recientemente una inversión de 350 millones de dólares en su iniciativa para las nuevas habilidades en el trabajo.
Entonces, ¿cómo podemos adquirir esta ventaja competitiva y crear una fuerza laboral ágil que está aprendiendo y evolucionando constantemente?
La respuesta requiere tres pasos:
Aprovechar la infraestructura de aprendizaje moderna
La única manera de avanzar cuando la innovación ha superado a los antiguos métodos de educación consiste en utilizar las nuevas tecnologías que permiten el aprendizaje personalizado, continuo y ágil.
Construir una cultura de aprendizaje continuo
Hacer que el aprendizaje esté disponible para todos no es suficiente, necesitamos crear una cultura que lo valore y lo fomente. Los directores empresariales deben garantizar que los trabajadores tengan tiempo para aprender y ayudar a que se haga posible. Los líderes pueden además dar buen ejemplo aprendiendo nuevas habilidades y compartiendo sus experiencias.
Medir el alcance de las habilidades
Si ya es claro que las habilidades son la moneda de cambio en el futuro del trabajo, tendríamos que poder medirlas y rendir cuentas. Si tenemos en cuenta los riesgos y consecuencias que una posible brecha de habilidades trae a las organizaciones, no es de extrañar que se haga imperativo que cada directivo pueda reconocer las habilidades que tiene su equipo y las que hacen falta.
Por supuesto, también depende de los empleados a nivel personal, no solo de las empresas, el ser proactivos en cuanto al aprendizaje continuo. Cada individuo debería comprometerse en buscar oportunidades para su desarrollo personal y profesional. Para mantenerse vigentes, han de establecer objetivos de aprendizaje, encontrar mentores, desarrollar redes de trabajo y tomar parte en proyectos diversos que les muestren diferentes habilidades y, sobre todo, perspectivas.
Innovar significa ser capaz de presionarte más allá del status quo. Ir a donde otros no han llegado, lo que requiere saber cómo aprender y aumentar tus propias capacidades. Si te fijas, todos los que han logrado hacer una gran innovación se caracterizan por ser autodidactas. De hecho, se dice que personas como Bill Gates, Elon Musk y Clayton Christensen leyeron una enciclopedia completa cuando eran niños.
Una manera de convertirte en un autodidacta y no morir en el intento es el circuito de aprendizaje, que está compuesto por cuatro pasos: conocimiento, práctica, retroalimentación y reflexión. Puedes empezar por escoger el tema sobre el que quieras saber más y determinar la manera de aprenderlo que más se ajuste a tu estilo. Recuerda, no todos aprendemos del mismo modo, cada persona es diferente y única.
Después de involucrarte en la etapa de aprendizaje, practica lo que has aprendido, bien sea por tu cuenta o con tus compañeros. Lo siguiente que deberás hacer es perder la vergüenza y pedir a personas de tu confianza una sincera retroalimentación, por supuesto, busca que al menos sepan de qué estás hablando. Muestrales lo que has aprendido y escucha sus consejos. Por último, haz una reflexión basada en la retroalimentación que has recibido para determinar qué más necesitas saber para mejorar. Busca ese conocimiento y repite el circuito, de este modo, en poco tiempo verás resultados muy positivos.
Ahora, si su idea es sobrepasar esa brecha de habilidades que, por desgracia, se va ampliando cada vez más, los expertos deben buscar “engendrar” más expertos. Esto solo puede ocurrir al desarrollar y compartir su experiencia, lo que es en parte la premisa del Programa Nacional de Expertos de los Emiratos Árabes, que los expertos de hoy se conviertan en los mentores de los del mañana.
Los 20 Emiratos del programa, que están aprendiendo, aplicando y siendo asesorados en los niveles más altos para convertirse en expertos en sectores alineados con las prioridades nacionales de los Emiratos Árabes, pueden compartir su experiencia con sus organizaciones, ayudando a desarrollar aún más expertos para impulsar el crecimiento de la economía basado en el conocimiento.
Esta es la clave para competir en los próximos años: que los países garanticen que todos los trabajadores estén capacitados para seguir aprendiendo y desarrollando nuevas habilidades. El futuro pertenece a quienes tienen una mentalidad de aprendizaje continuo.
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Fuente: The National.