Cinco maneras en que el trabajo se transformará durante la próxima Revolución Industrial

En muchos aspectos ya estamos viviendo el futuro del trabajo. En medio de los titulares que exclaman la predicción de la pérdida de empleos debido a la automatización y otros cambios derivados de la entrada de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y los sistemas autónomos al entorno laboral, es claro que la manera en que vivimos y trabajamos se está transformando, y esta evolución puede llegar a desconcertarnos en algún punto.

De acuerdo a un reporte realizado por McKinsey Global Institute, al menos el 30% de las actividades asociadas a la mayoría de ocupaciones podrían ser automatizadas solo en Estados Unidos, incluyendo tareas que requieren un nivel más alto de conocimiento y por tanto, hasta ahora se creía estaban a salvo., afirmación que hace eco a lo que los líderes empresariales también han podido observar dentro de sus industrias.

Sin ninguna duda, la fuerza laboral está cambiando de una forma masiva. Y ya que esto es inevitable, vale la pena revisar cómo el trabajo se va a transformar y algunas estrategias que nos pueden permitir prepararnos para ello.

Roles fluidos

Dentro de las empresas las posiciones serán más fluidas, y es probable que las jerarquías estrictas se dejen de lado en favor de equipos más enfocados a proyectos concretos. Esto podría llamar la atención a trabajadores de la Generación Z, ya que se afirma que el 75% de ellos estarían interesados en tener múltiples roles dentro del mismo lugar de trabajo. Este tipo de economía continuará en expansión a medida que los profesionales se enrolen como contratistas o freelancers y pasen luego al siguiente proyecto.

Fuerzas laborales descentralizadas

Gracias a la tecnología móvil y el acceso generalizado a internet, los trabajadores remotos ya no son algo extraño. Los empleados ya no tendrán que estar en la misma locación, y esto hará que para la próxima generación de colaboradores sea más sencillo escoger vivir donde deseen, en lugar de tener que trasladarse al lugar donde consiguieron empleo.

Una mayor motivación para trabajar

Es claro, las personas necesitan algo más que su salario como una motivación para trabajar. Muchos quieren trabajar en una organización que tenga una misión y un propósito en el que puedan creer. Además, desean incentivos como oportunidades de desarrollo personal, herramientas tecnológicas que les permitan trabajar desde cualquier lugar y más. Las organizaciones que quieran triunfar en el futuro tendrán que empezar a enfocarse en asegurarse de que su fuerza laboral cuente con este tipo de garantías.

Aprendizaje continuo

No solo se trata de que los empleados quieran aprender cosas nuevas a lo largo de su carrera, tendrán sí o sí que desarrollar nuevas habilidades. La tecnología seguirá haciendo evolucionar el rol que los humanos tienen en la fuerza laboral, por lo tanto, todos deberán adaptar sus capacidades a las demandas cambiantes que enfrentarán durante su vida profesional.

La tecnología potenciará el trabajo humano

Los algoritmos de inteligencia artificial y las máquinas inteligentes trabajarán de la mano de los seres humanos. La fuerza laboral humana tendrá que desarrollar un nivel de conformidad y aceptación en cuanto a la colaboración entre máquinas y personas, utilizando lo mejor que ambos pueden ofrecer al entorno laboral.

Cómo prepararnos para el futuro del trabajo

Aunque no podemos predecir todos los cambios que ocurrirán en el futuro, tenemos bastante certeza de que hay algunas cosas que las personas pueden hacer para prepararse para ello.

En lugar de hacer tanto caso a predicciones apocalípticas que afirman que los robots se apropiarán de todos los trabajos, deberíamos optar por una perspectiva más optimista, en la que los humanos puedan tener la oportunidad de hacer trabajos que demanden su creatividad, imaginación, inteligencia social y emocional y, no menos importante, su pasión.

Las personas deberán comprometerse con el aprendizaje continuo, de modo que puedan adaptarse cuando ocurran los cambios. La vida útil de cualquier conjunto de habilidades se está reduciendo, por lo que será imperativo que sigan invirtiendo en adquirir nuevas. Esto debe comenzar a suceder ahora, ya que la transformación ya está teniendo lugar.

Además, los empleados deberán configurar su propia trayectoria profesional. Atrás han quedado los días en los que se describía una trayectoria profesional en una empresa con ascensos previsibles en la escala corporativa. Por lo tanto, los trabajadores deben perseguir un conjunto diverso de experiencias laborales y tomar la iniciativa para diseñar su propio camino.

Las personas tendrán que aprovechar la oportunidad que brinda seguir lo que les apasiona en lugar de retroceder a lo que les había dado éxito en el pasado. Este cambio en la manera de trabajar abre la posibilidad de alcanzar más nuestro potencial. Tenemos que empezar a pensar en el trabajo como algo más que un salario a fin de mes.

Por su parte, los empleadores deben pensar de manera diferente sobre cómo reclutan y contratan nuevos colaboradores. Las compañías necesitan revisar el potencial de un posible empleado y evaluar su competencia en habilidades que tienen menos probabilidades de automatizarse a corto plazo, como la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas.

Otra forma en que los empleadores necesitarán ajustar su manera de operar es crear una estructura y una cultura que respete el aprendizaje continuo y que celebre la creatividad. Es hora de que evalúen sus programas de beneficios e incentivos para asegurarse de que están brindando la motivación que la próxima generación de empleados necesita para, de este modo, atraer al mejor talento.

Aunque aún no tenemos la verdad absoluta en cuanto al futuro del trabajo, es importante que empecemos a dar pasos que nos lleven a prepararnos para un entorno en que las máquinas serán nuestros colegas. Si no empezamos a adaptarnos a los cambios hoy, será más difícil ponernos al día más adelante.

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Fuente: Forbes.