Publicado el marzo 4th, 2019 | por webmaster
0Cómo podemos aprender a ser más creativos en nuestro trabajo
Piensa en las personas que parecen tener más éxito dentro de tu entorno laboral, quienes siempre tienen las mejores ideas, o saben cómo lidiar con situaciones difíciles. ¿Qué tienen todos en común?
Hay muchas posibilidades de que los trabajadores más brillantes dentro de tu compañía sean también los más creativos. Contrario a lo que se piensa por lo general, las personas más creativas no nacieron así. La creatividad es como cualquier otra habilidad, por lo que cualquier persona, a pesar de no tenerla tan arraigada, puede aprender a ver el mundo bajo una nueva óptica.
Si tu pasión es ser más competitivo a nivel profesional, deberías concentrarte mucho más en tu crecimiento creativo. La creatividad es un componente vital del éxito profesional. Las personas que logran expandir sus horizontes en este sentido alcanzan un nuevo nivel de productividad, mientras que aquellos que no logran crecer en este aspecto les cuesta mucho innovar.
Tanto si cursaste una carrera relacionada en artes o no eres muy diestro en manualidades, puedes aprender a ser una persona más creativa al adoptar nuevos hábitos, como los que describimos a continuación.
Establece un proceso creativo
Los que se mueven en el mundo del arte saben que las grandes obras artísticas no aparecen de la nada. Al seguir un proceso creativo, planifican, producen y mejoran su obra hasta que está lista para ser mostrada al mundo. Puedes asumir que el proceso de cada quien es único, pero uno de los mejores libros que se han escrito sobre creatividad afirma lo contrario.
Mientras escribía «The Creative Curve», el empresario de big data Allen Gannett descubrió que, en esencia, todos los procesos creativos comparten cuatro etapas: consumo, imitación, comunidad e iteración. A través de entrevistas realizadas a diversos creadores, desde Jerry Greenfield hasta D. A. Wallach, Gannett mostraba que una estrecha adhesión a ese proceso es fundamental para el éxito creativo.
Ahora, después de revisar el proceso creativo a través de estas cuatro etapas, la pregunta que podrías hacerte es: ¿cómo puedo adaptar esto a mis tareas laborales diarias?
Aléjate por un rato del día a día
Cuando estás en el mismo escritorio durante cinco (o más) días a la semana, no cuentas con mucha inspiración creativa disponible. Por lo tanto, es importante que al tomar vacaciones rompas con la rutina para que proporciones a tu mente el descanso que necesita. Esto no quiere decir que contestes correos en una playa, en lugar de tu cubículo. Has de desconectarte de la oficina por completo.
Por desgracia, se sabe que el 41% de los estadounidenses siguen trabajando mientras no están en la oficina. No puedes experimentar de verdad cosas nuevas si no dejas atrás lo que vives a diario. Deja tu laptop en casa y desconecta la aplicación de correo corporativo de tu teléfono. De este modo, el tiempo que pasas fuera del trabajo hará maravillas a tu salud creativa, incluso durante el fin de semana.
Externa tus pensamientos internos
¿Te ha pasado que se te ocurre una idea brillante y se te olvida cinco minutos después? Los cerebros humanos son herramientas increíblemente poderosas, pero no pueden hacerlo todo solos. Un buen modo de ayudarles es el uso de un diario o un cuaderno para hacer bocetos, que puedes mantener a la mano para anotar tus pensamientos a medida que surjan.
Bien sea que se te dé mejor escribir o dibujar, hacerlo a diario ayuda a desbloquear los pensamientos creativos que existen fuera de tu percepción consciente. Cuanto más externes, más ideas encontrarás en tu cabeza. Sin embargo, trata de no reemplazar el lápiz y el papel con un dispositivo electrónico. Una investigación reciente encontró que las personas que externan sus ideas de forma física obtienen mejores resultados a partir de esto que quienes lo hacen a través de un computador o tableta.
Aprende algo que no tenga nada que ver con tu trabajo
A veces, la mejor manera de mejorar en tu trabajo es aprender algo que, en apariencia, no tiene ninguna aplicación práctica en tu oficina. Toma una clase en algo que no esté relacionado con tu campo para que tu creatividad fluya. Al igual que leer libros, tomar clases impartidas por expertos es un atajo al conocimiento que no puedes adquirir por tu cuenta.
Podrías tomar una clase sobre creatividad, pero tus opciones no están limitadas a los campos creativos. En lugar de establecer un objetivo profesional específico, elige un área desconocida que te interese y sumérgete en ella. Masterclass, por ejemplo, permite a los estudiantes aprender de Gordon Ramsay a cocinar o a practicar tenis de Serena Williams. Lo que queremos decir con esto es que lo que aprendes es menos importante que el acto de aprender en sí mismo.
Rompe la cadena con lo digital
Los dispositivos digitales dominan la vida moderna. La investigación combinada de una variedad de fuentes concluye que la persona promedio de hoy pasa más de cuatro horas por día en un teléfono inteligente. Agrega tu trabajo a la mezcla y el tiempo total en pantalla se dispara.
Las pantallas no son algo malo, pero el mundo tiene más que ofrecer que las alternativas digitales. Sé consciente de cuándo y por qué utilizas dispositivos digitales. Si te das cuenta de que sacas tu teléfono durante cada descanso, aprovecha ese tiempo para pasear por la oficina, tomar alguna bebida o conversar con un colega. Cuantas más experiencias diversas le brindes a tu cerebro, más energía intelectual tendrás cuando la necesites.
Planifica las tareas creativas en tu calendario
Estos consejos pueden hacerte una persona más creativa, pero si no tienes tiempo para practicarlos, no verás los beneficios. Así que has de poner la creatividad en tu calendario para establecer tus nuevos hábitos.
Cuando tu horario esté muy ajustado, puedes incorporar ese tiempo creativo a otras actividades. Por ejemplo, puedes llevar tu diario al almuerzo y escribir sobre tu día hasta ahora, sobre tus planes, o lo que se te ocurra. Programa tus vacaciones y descansos antes de tiempo para que puedas relajarte sin preocuparte por el trabajo. En casa, reserva 30 minutos por noche, o el tiempo que mejor funcione para ti, para leer un libro nuevo o tomar la próxima lección en tu clase.
Seguir una rutina puede no parecer algo muy creativo, pero al hacerlo, establecerás las bases para una nueva mentalidad.
Mientras más inviertas en tu desarrollo creativo, más te darás cuenta de tu capacidad para contribuir con nuevas ideas y descubrir mejores soluciones en tu trabajo. Dentro de poco, los demás empezarán a decirte que eres afortunado por tener una mente naturalmente creativa.
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Fuente: readwrite.