Industria 4.0

Publicado el enero 25th, 2019 | por webmaster

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El concepto de Globalización 4.0 en el contexto de Davos 2019

Los líderes mundiales han llegado a Davos, en Suiza, para la reunión anual del Foro Económico Mundial. El tema de este año es «Globalización 4.0: Formando una arquitectura global en la era de la Cuarta Revolución Industrial».

En la agenda está la forma en que los países pueden configurar y responder a los cambios en la manera en que los bienes se producen, distribuyen y consumen. Esto se basa en la idea de que el mundo está entrando en una Cuarta Revolución Industrial, donde una ola de progreso tecnológico nos lanzará a una nueva era de globalización. Sin embargo, mientras los líderes del mundo fijan sus esperanzas de crecimiento económico en un salto tecnológico, al resto de nosotros nos queda preguntarnos cuáles pueden ser las implicaciones.

La primera revolución industrial vio la mecanización de la producción, utilizando agua y vapor. Esto transformó dramáticamente cómo vivían y trabajaban las personas. La segunda revolución industrial utilizó la energía eléctrica para crear la producción en masa. La tercera dio paso a la automatización de la producción utilizando electrónica y tecnología de la información.

La cuarta revolución industrial se caracteriza por una fusión de tecnologías que está difuminando las líneas entre lo físico y lo digital. Se basa no solo en la digitalización, sino también en la integración de tecnologías nuevas y emergentes como la robótica, la inteligencia artificial, big data y la impresión 3D. Estos se combinarán en las fábricas del futuro, totalmente automatizadas. Las cadenas de suministro se transformarán, y se predice que la producción se volverá más local para los consumidores.

Hay evidencias de que el progreso hacia esta visión está sucediendo. La impresión 3D avanza rápidamente. La tecnología de fabricación digitalizada permite sistemas de producción integrados e inteligentes. Muchos gobiernos han desarrollado políticas diseñadas para apoyar a la fábrica del futuro, como la Industrie 4.0 de Alemania y la estrategia industrial del Reino Unido.

Una elección sorpresiva

La lógica de la elección del Foro Económico Mundial de centrarse en la Globalización 4.0 está relacionada con los debates entre los líderes industriales y gubernamentales sobre la transformación potencial de la producción y el consumo. Esto comienza con un cambio en cómo se fabrican los bienes. La tesis de la «destrucción creativa» de Schumpeter se usa cada vez más para justificar la idea de la Cuarta Revolución Industrial. Schumpeter argumentó que el capitalismo no es impulsado por esfuerzos incrementales para reducir costos y aumentar las ganancias en un mercado competitivo, sino por la búsqueda de transformaciones tecnológicas que cambien el juego.

Sin embargo, que Davos se centre en esto es sorprendente, dada la gran cantidad de problemas altamente preocupantes que enfrenta la economía global respecto a diversos temas como el medio ambiente, las tensiones geopolíticas, el aumento del nacionalismo y las crisis migratorias.

El enfoque en la tecnología puede haber sido elegido precisamente porque, a primera vista, es apolítico y no contencioso. ¿Es verdad que todos pueden beneficiarse de la mejora tecnológica? La agenda de Davos no parece criticar la noción misma de esta nueva globalización, pues asume nuestro progreso inevitable hacia esta visión y no cuestiona si es incluso un futuro deseable.

Destinos distintos

El concepto de Globalización 4.0 se basa en el supuesto de que la globalización es una fuerza perpetua e imparable. Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, dijo recientemente que en el núcleo de la idea está el entendimiento de que la globalización no desaparecerá. Afirmó que se profundizará, basada en la conectividad de los sistemas digitales y virtuales nacionales y el flujo de ideas y servicios relacionados. Sin embargo, el actual nacionalismo en torno a la tecnología y el aumento de las barreras comerciales sugieren que no será así.

Esto tampoco indica que se esté prestando mucha atención a las implicaciones de la Cuarta Revolución Industrial. Los cambios tecnológicos son disruptivos. El Foro Económico Mundial sugiere que tienen el potencial de elevar los niveles de ingresos globales y mejorar la calidad de vida de las poblaciones de todo el mundo. Pero esto es contrario a los efectos que hemos visto de la globalización hasta ahora.

Infortunadamente, el capitalismo y la globalización solo han beneficiado a algunos, y actualmente hay poca evidencia de que en el caso de la Globalización 4.0 pueda ser diferente. Como reconoce el Foro, podrían surgir mayores desigualdades, particularmente a través de la interrupción de los mercados laborales.

El aumento de la automatización alterará de forma radical la estructura del trabajo en la economía global. Y no nos hemos preguntado qué harán los trabajadores cuyos empleos sean sustituidos. La desindustrialización en las economías avanzadas ha creado algunas dificultades profundas que no se han abordado adecuadamente, entre ellas el desempleo y la pobreza. Entonces, parece que podríamos entrar en la Cuarta Revolución Industrial sin resolver algunos problemas serios remanentes de la tercera.

Los defensores de la Globalización 4.0 pueden argumentar que en su lugar se creará un mayor número de empleos altamente calificados y remunerados. Esto podría ser cierto en parte, pero las industrias encargadas de producir la Industria 4.0 están pidiendo a los gobiernos que ayuden a aumentar la educación y la capacitación en disciplinas STEM, sobre todo en ingeniería.

La agenda de Davos establece que “el crecimiento global debe ser inclusivo y sostenible”. Esto no reconoce el auge y la importancia de los movimientos de «decrecimiento», que en lugar de centrarse en el crecimiento del PIB, hacen hincapié en el bienestar, la convivencia y las economías abiertas y localizadas.

Davos está estancado en los entendimientos de la economía global del siglo XX, y considera que el progreso se está logrando a través del crecimiento económico. La reunión de este año también corre el riesgo de ser irrelevante gracias a las notables ausencias de líderes como Donald Trump, Theresa May y Emmanuel Macron. Quizás el pensamiento económico en el que se basa el Foro necesite una revolución propia para enfrentar los desafíos del cambio tecnológico futuro.

 

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*Fuente: iAfrica.


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