Industria 4.0

Publicado el enero 17th, 2019 | por webmaster

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El impacto de la pérdida de empleos para las personas más vulnerables por la automatización

Durante su campaña, Donald Trump prometió traer de vuelta el empleo. En enero, después de su posesión, afirmó que crearía 25 millones de trabajos. Ningún presidente en la historia de los Estados Unidos había hecho una promesa tan ambiciosa, y si analizamos el resultado de las votaciones, nos daremos cuenta que la creación de empleos tuvo que ver en gran parte con que Trump ganara las elecciones. Las personas no tuvieron en cuenta los problemas inherentes a su discurso porque creyeron en este aspecto.

Tan pronto como el otrora candidato Trump trajo a colación el tema de la creación de empleos, la gente empezó a especular acerca del impacto de la automatización en los trabajos, en la industria de la fabricación en específico. El debate sobre si la automatización generaría una pérdida neta de empleos ocupó un lugar central.

La firma consultora McKinsey hizo un estudio sobre la automatización de los empleos que encontró que más de la mitad de las tareas realizadas por un ser humano en su trabajo serían automatizadas de alguna manera. Cuando vemos ese número por primera vez, parece que muchos de los trabajos se perderán por la automatización, pero para obtener la historia real debemos profundizar un poco más.

Algunos economistas argumentan que, de hecho, la automatización ayudará a crear empleos, ya que la introducción de la nueva tecnología puede generar vacantes que no existían antes. En muchos procesos manufactureros, se necesitará a los seres humanos para que manejen la tecnología automatizada. La tarea de elaborar la pieza se ha eliminado, pero el trabajo de dirigir la máquina se ha creado. Mirando el panorama general, los trabajos creados y perdidos por la automatización, puede parecer que ni ganamos, ni perdemos. En general, no estamos perdiendo empleos, solo estamos cambiando de trabajo.

Los economistas también afirman que la introducción de la automatización puede crear empleos al reducir los costos para las empresas, pues esto les permite contratar más personal. Por ejemplo, cuando los bancos introdujeron cajeros automáticos para manejar retiros de efectivo y depósitos simples, el resultado lógico habría sido que habría menos cajeros bancarios humanos porque los cajeros automáticos hicieron parte de su trabajo. Sin embargo, desde la introducción de los cajeros automáticos, el número de cajeros humanos ha aumentado. La necesidad de cajeros en cada sucursal disminuyó, lo que redujo el costo de abrir una nueva sede. Esto a su vez significaba que los bancos podían abrir más ubicaciones y que necesitaban más trabajadores. En ese orden de ideas, los cajeros automáticos realmente crearon empleos.

Por otra parte, es claro que la automatización está causando que algunas personas pierdan su empleo. Por ejemplo, cuando el trabajo de alguien es ensamblar una pieza a mano y la compañía compra una máquina que lo hace por sí sola, este individuo no tendrá más su trabajo. Esto le está sucediendo a mucha gente alrededor del mundo. El problema radica en que la mayoría de quienes están siendo despedidos debido a la automatización son los empleados menos capacitados, cuyo salario es menor. Muchos de ellos no tienen carreras universitarias, y por lo general no pueden permitirse buscarlas.

Cuando su trabajo es sustituido por una máquina, muchas veces ni siquiera califican para el empleo que se crea con el fin de manipularla. Por supuesto, tampoco pueden aplicar para un trabajo que requiera un título universitario o habilidades específicas. Mucho menos pueden pensar en la posibilidad de entrenarse porque no pueden pagar por ello.

Teniendo en cuenta lo anterior, la conversación real respecto a cómo la automatización impacta el empleo no debería ser tan general en cuanto a si lo crea o lo destruye. Debería tratarse de quiénes están perdiendo sus trabajos y el clasismo involucrado en otorgarlos a las máquinas. En general, la automatización puede crear empleos, pero siempre y cuando sean altamente calificados, mientras que elimina la mano de obra no calificada. De este modo, genera vacantes para personas que ahora mismo podrían obtenerlas, mientras quita empleos a personas que no pueden reciclarse dentro de la industria.

Al afirmar de una manera vaga que nuestro trabajo va a variar, pero no se va a perder, estamos ignorando el hecho de que muchas personas quedarán obsoletas en el momento de hacer el cambio. En un mundo donde la división entre ricos y pobres ya es de dimensiones astronómicas, ignorar el impacto que la automatización tendrá sobre los menos favorecidos al insistir en que la automatización crea puestos de trabajo en general es algo ingenuo, en el mejor de los casos, y terriblemente desdeñoso, en el peor.

Si queremos invertir de manera responsable en la automatización y generar empleos para todos, no solo para los trabajadores más calificados, debemos comprometernos con programas de capacitación laboral y de creación de empleos. Los trabajadores no calificados que están perdiendo sus empleos precisan que se les ofrezca capacitación que les ayude a adquirir las habilidades necesarias para obtener un nuevo trabajo, y esta debe ser gratuita o al menos asequible. Incluso podríamos afirmar que debería ser incluido parte del beneficio por desempleo. Las compañías tendrían que proporcionar a sus empleados no calificados entrenamiento para administrar las máquinas que los reemplazan en lugar de contratar técnicos calificados.

Existe una manera responsable y no clasista de continuar en el camino hacia la automatización, pero ninguna de las políticas propuestas por la administración actual en Estados Unidos parece ir en esa dirección. Trump quiere generar empleos, pero parece no importarle para quiénes los crea, lo que es algo infortunado para esas clases menos favorecidas que votaron por él creyendo en esa promesa.

 

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*Fuente: The Tempest.


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