Publicado el diciembre 1st, 2018 | por webmaster
0El modelo de Lean Manufacturing 4.0 como tecnología para el potenciamiento del ser humano
En términos muy básicos, Lean Manufacturing 4.0 es la combinación de las distintas metodologías de la filosofía de Lean Manufacturing, como Hoshin Kanri, 5S, Kaizen, Kanban y VSM; que junto con diversas herramientas de Industria 4.0, como Inteligencia Artificial, Big Data y Aprendizaje Automático; tienen como objetivo llevar a la fábrica que aplique este modelo de gestión de procesos a un nivel de productividad mucho más alto que, en un futuro próximo, le permita competir frente a una planta completamente robotizada.
Sin embargo, quienes estamos inmersos en el sector tecnológico no seremos capaces de desplegar este tipo de tecnología por nosotros mismos. Necesitamos la colaboración de las personas que trabajan día a día en el sector industrial, en las fábricas, para que sean ellos quienes compartan con nosotros todo su conocimiento adquirido durante su experiencia profesional. Debe ser un esfuerzo conjunto de todos.
En ese sentido he trabajado durante casi 20 años, desde que me uní a la multinacional norteamericana iLEAN Industrial Systems. En todo este tiempo hemos buscado la manera más efectiva de dimensionar al operario dentro de la planta; y ahora mismo somos el icono mundial en esta línea de construcción de tecnología para potenciar el trabajo del ser humano dentro de las fábricas, no para sustituirlo.
La plataforma de iLEAN concentra todo el concepto de Lean Manufacturing, es decir, todas las metodologías que lo conforman, que se ha estado intentando aplicar en las fábricas durante tantos años, en un solo software conectado con toda la maquinaria y los ERPs de la fábrica.
Este software conecta cualquier sistema y, a través de la asistencia de una Inteligencia Artificial no sustitutiva que actúa a modo de pequeña conciencia, potencia a todo el personal humano de la planta con todos los datos digitalizados, informándoles de todas la eventualidades que se pueden presentar a futuro, anticipándoles los problemas que se pueden dar basándose en esa misma información recolectada gracias a la infraestructura conectada.
Además, es manejable a pie de planta con una tableta, ofreciendo una experiencia de Gemba que nadie más tiene en el mercado.
En estos momentos, para poder rivalizar tecnológicamente con la robotización de las fábricas, si configuramos una fábrica como la que hemos descrito, con todo el aumento de productividad que ello supone, ya tendremos una herramienta válida ante los consejos de administración que deciden si robotizar o tomar otras vías.
Pasaremos entonces a explicar cómo se podría llevar a cabo de forma inmediata un despliegue de este tipo, con herramientas utilizables hoy mismo, muchas de ellas hacen parte de la plataforma de iLEAN, dejando claro que el dispositivo es lo de menos, pues es lo que nos va a servir como instrumento, y que lo que es realmente importante es el concepto que subyace detrás de cada una de ellos.
Si agarramos lo que conocemos como Lean Manufacturing 4.0 y lo llevamos a la fábrica, es decir, digitalizamos todo el dato útil de modo que en el momento en el que ocurre cualquier contratiempo todo el equipo está sincronizado, consiguiendo que la respuesta temprana evite que tengamos desperdicios; y además contamos con sistemas asistentes que nos van anticipando los problemas, la productividad de la fábrica se eleva a otro nivel.
Al construir un layer de Lean Manufacturing que no se centre en digitalizar por el simple hecho de hacerlo, sino en pro del Lean, por un objetivo industrial, conseguimos llevar la fábrica a cotas de productividad sin precedentes, lo que influye en las decisiones que toman esos consejos de administración a los que nos referíamos en cuanto a robotizar o no.
Ante una fábrica robotizada nos encontramos con que esta obtiene un determinado porcentaje de eficacia superior al una que haya implementado Lean e Industria 4.0 combinados, pero la planta automatizada no logra adaptarse del todo a la necesidades del mercado.
Por un lado, la customización de productos, que surte un mercado que cada vez más demanda tirajes de productos más pequeños y personalizados al máximo, choca frontalmente con la robotización y la automatización de las tareas que resultan poco flexibles para asumir dichas variaciones.
Esto nos brinda una oportunidad de defender la no sustitución del ser humano, ya que siempre vamos a ser, si estamos bien sincronizados, mucho más flexibles y eficaces para acometer este punto, con lo cual el empresario puede pensar que puede competir en este panorama con gente preparada y potenciada con la tecnología adecuada.
Por otro lado, nos encontramos con el error robótico. Si las fábricas totalmente robotizadas no cometieran jamás ningún fallo, no se podría competir con ellas, pero ya contamos con datos fiables que apuntan en otra dirección.
El día en que la fábrica automatizada falla, queda inservible todo su proceso, ya que no cuenta con sistemas alternativos para suplir ese error, no es flexible, ni mucho menos versátil, con lo cual la falta de productividad de ese momento se traga los beneficios de varias jornadas productivas. Esto en una fábrica con personal humano no ocurre, pues siempre puede haber alguien para suplir a otra persona en su lugar del proceso productivo, o aprenderlo y adaptarse a cualquier eventualidad.