Publicado el noviembre 2nd, 2018 | por webmaster
0La startup Rivian fue construida alrededor del pensamiento Lean
De acuerdo con RJ Scaringe, CEO de Rivian Automotive, los nuevos emprendimientos a menudo comienzan con una pregunta: “veamos lo que hemos hecho en los últimos 120 años, ¿cómo podemos hacerlo diferente?”.
Rivian, una empresa de 10 años que opera en los suburbios de Detroit, planea revelar sus primeros productos el próximo mes en AutoMobility LA, un SUV completamente eléctrico y una camioneta. Pero Scaringe no ha llegado a este punto al desechar todas las reglas. Ha construido su empresa en torno a su fascinación por los procesos de producción automotriz líderes obtenidos de la academia y un equipo ejecutivo de ensueño.
Scaringe, quien creció restaurando Porsches clásicos, apuesta a que un plan de lanzamiento al mercado profundamente investigado, un equipo de expertos de la industria y una filosofía operativa arraigada en las prácticas de Toyota le otorguen a Rivian una ventaja en el mercado.
Los inicios académicos de Rivian
Scaringe fundó Rivian a mediados de 2009, “quizá el peor momento del mundo para iniciar una compañía”, dijo. La recesión económica global y la crisis industrial estaban a todo su esplendor. Comenzó la empresa poco después de terminar sus estudios de posgrado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde se centró en la ingeniería automotriz.
El MIT ha sido un centro para la investigación en industria automotriz desde los años 80. El paso de Scaringe por esta escuela le permitió echar un vistazo a las operaciones de los fabricantes de automóviles, y la red académica del MIT lo ayudó a conseguir inversores y asesores como Shook y otros miembros de la junta directiva de Rivian. El grupo incluye a Antony Sheriff, ex director general de McLaren Automotive y el ex diseñador de Chrysler Tom Gale.
Esos tres miembros de la junta se asociaron con un fenómeno de la industria automotriz a principios de los años 90: un proyecto de investigación y un libro titulado La Máquina que Cambió el Mundo. El libro de 1990 despertó a los fabricantes estadounidenses a la eficiencia del sistema operativo estándar de la industria automotriz japonesa, en particular el Sistema de Producción Toyota.
El Sistema de Producción Toyota, o TPS, como se le conoce popularmente, ofrecía un enfoque holístico para identificar y eliminar el desperdicio en el desarrollo de productos, líneas de fábrica y sus cadenas de suministro; y organizar a las empresas en torno a rutinas diarias eficientes.
Esto suena como algo obvio hoy en día, pero en los años 90 el concepto encendió una furia de entusiasmo en compañías de todo el mundo, desde General Motors hasta Daimler. Las empresas adoptaron el TPS, pero generalmente eliminaron «Toyota» de su nombre, refiriéndose a los nuevos esfuerzos simplemente como Lean, un eufemismo acuñado por el equipo del MIT.
Para Scaringe y Rivian, el pensamiento Lean se impuso en 2011 cuando la empresa anuló su plan anterior de producir un coupé eléctrico de 2 por 2 para perseguir una nueva estrategia centrada en los vehículos utilitarios de alta gama para exteriores.
La compañía pasó varios años mapeando el panorama de los automóviles futuros, optando por alejarse del vehículo espacioso y de alto rendimiento y pasar a una empresa de servicios de lujo, donde prevén menos competencia. En los próximos cinco años, Rivian presentará al menos cuatro vehículos en ese segmento.
«Todos quieren ser Lean desde el principio», afirmó Shook. «Están utilizando estas técnicas para demostrar que su producto encaja bien con los clientes».
Scaringe también instituyó una cultura de empresa que fomenta la comunicación entre departamentos, por ejemplo, al llevar catering para el almuerzo en la oficina.
«Nos hemos dispuesto estructuralmente de manera que podamos eliminar las cosas que inhiben la innovación», dijo Scaringe.
La disrupción de los expertos
Rivian está entrando en una fase crítica. Tiene la intención de lanzar sus primeros productos, comenzar la producción en una planta de 2.6 millones de pies cuadrados en Normal, Illinois, que anteriormente era propiedad de Mitsubishi Motors, y crear un programa de ventas y suscripción sin concesionarios franquiciados.
Otras nuevas empresas automotrices se encontraron con dificultades cuando hicieron la transición a la fabricación masiva y las operaciones minoristas. La más famosa es Tesla, que se enfrenta a desafíos relacionados a la producción del Modelo 3, así como a retos legales en cuanto a su estrategia minorista directa para fabricantes y consumidores.
Pero Scaringe cree que su equipo de expertos lo ayudará a navegar por las aguas. Además de su junta directiva, la compañía ha reclutado a diseñadores e ingenieros de McLaren y Fiat Chrysler, ofreciéndoles la oportunidad de empezar de cero. Los reclutas notables incluyen al jefe de ingeniería de Rivian, Mark Vinnels, el vicepresidente de desarrollo de vehículos Charles Sanderson y el vicepresidente de propulsión Richard Farquhar, todos ellos anteriormente de McLaren.
«Hay pocas oportunidades de crear una nueva identidad de marca en la carrera de un diseñador», dijo Jeff Hammoud, vicepresidente de diseño de vehículos de Rivian y ex diseñador de Jeep en Fiat Chrysler.
La planta ejecutiva de la compañía es un argumento a favor en cuanto a que los veteranos de la industria automotriz pueden ser valiosos innovadores en las startups. Por ejemplo, Shook viajó con Scaringe durante una de sus primeras visitas a la antigua fábrica de Mitsubishi en el centro de Illinois, y luego comentó sobre el entusiasmo del ejecutivo por inspeccionar la ubicación.
«Sus ojos se abrieron como un par de platos cuando caminábamos por el taller de pintura», recuerda Shook acerca de la visita a la planta automotriz de ingeniería japonesa. «Lejos de estar agobiado por este legado, es un estudiante que ama la industria».
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*Fuente: Automotive News.