Publicado el agosto 22nd, 2019 | por webmaster
0Por qué deberías considerar aplicar el método Kaizen a tu vida personal
Alcanzar grandes objetivos puede ser algo abrumador. Y todos lo hemos experimentado, al menos, alguna vez en nuestras vidas. Bien sea que nuestra meta sea la mejora personal o el aprendizaje de una nueva habilidad, las ideas demasiado ambiciosas pueden dejarnos con esa horrible sensación de que ni siquiera vale la pena intentarlo.
Sin embargo, ¿qué pasaría si tuvieras la posibilidad de hacer un cambio grande en tu vida personal al hacer pequeñas acciones diarias? La buena noticia es que resulta que cuando te esfuerzas por hacer solo una pequeña cosa de un modo mejor cada día, puedes lograr a largo plazo una mejora significativa en cualquier área en que te lo propongas.
Esta es la premisa del método Kaizen, que, si aún no estás familiarizado con el tema, es la práctica por excelencia de los japoneses para la mejora continua. De hecho, gracias a esta filosofía es que los japoneses llegaron a ser el gigante económico y tecnológico de hoy luego de los desastres de la Segunda Guerra Mundial.
El método tuvo su origen en los Estados Unidos. Durante el periodo posguerra, los estadounidenses introdujeron el método Kaizen a Japón, quienes lo potenciaron. Hoy en día, es implementado en el sector empresarial e industrial a nivel mundial, con fábricas como Toyota acuñándolo y convirtiéndolo en una de las bases de la filosofía de Lean Manufacturing.
Sin embargo, el método Kaizen no solo es aplicable para potenciar el rendimiento de cualquier organización, también puede hacer grandes cosas en tu vida personal.
Gracias a esta filosofía, puedes hacer mejoras progresivas al establecer objetivos pequeños que te permitan alcanzar otros más grandes. En lugar de intentar cambiar algún aspecto de tu vida a gran escala de golpe, vas haciendo un número de pequeños cambios de forma exponencial que te ayuden a fijar el camino hacia la gran meta que te estás proponiendo lograr.
Un paso a la vez
Algo estupendo que tiene esta lógica de mejora continua y exponencial es que no tienes que establecer objetivos demasiado altos. Cuando te determinas a conseguir metas en exceso ambiciosas, a menudo te pueden llegar a intimidar, llevándote a procrastinar o a no hacer nada por lograrlo en absoluto.
Cuando, por el contrario, tus objetivos son más pequeños, el riesgo de fracasar en el intento es menos probable. Esta es la razón por la que la aplicación del método Kaizen es tan exitosa en las empresas, porque solo has de enfocarte en pequeñas acciones, un día a la vez.
Por ejemplo, digamos que tu sueño es ser un experto en tocar la guitarra, pero ahora mismo ni siquiera das con una nota. Puedes comenzar por aprender un par de notas al día. Quizá hacia el final de la semana ya conoces el número suficiente de notas, por lo que puedes tocar un acorde. Una vez puedas tocar un acorde, tratas de aprender un nuevo acorde cada día por unas cuantas semanas. Luego al final del mes, habrás aprendido a tocar una canción completa.
Por otra parte, si tu objetivo es perder peso y mejorar tu salud, probablemente ya sabes que deshacerte de esas libras de más depende del incremento en la actividad física y de tener en cuenta tu consumo calórico. Tratar de comenzar un régimen de ejercicio, sobre todo si toda tu vida has sido muy sedentario, puede desalentarte, y para algunos incluso pensar en ello es algo tan aterrador como para disuadirlos de empezar.
Es aquí donde entra el método Kaizen a salvar la patria. En lugar de ir al gimnasio por una hora o tratar de correr cinco kilómetros de golpe, es mejor comenzar por hacer una caminata corta en la mañana, de solo 10 minutos. Al otro día, intentas caminar 12 minutos, quizá al siguiente vas por 15. Al añadir lentamente minutos a tu caminata, un paseo de 30 minutos puede convertirse en parte de tu rutina diaria de una forma rápida.
Una vez tengas la rutina de salir de tu cama y mover tu cuerpo, puedes agregarle nuevas formas de ejercitarte. Quizá 30 minutos de caminata, mas 10 minutos de trote, o estiramiento, o trabajo con pesas. Antes de que te des cuenta, habrás creado una nueva rutina de ejercicio, que será parte de tu día a día de una manera casi inconsciente.
Una rutina detallada que funcione para ti
El método Kaizen va de crear una rutina orientada al éxito. Yendo más allá, se trata de desarrollar una rutina basada en detalles (pequeñas acciones) con un enfoque en objetivos realistas y alcanzables, metas que estableces a la velocidad que funcione mejor para ti.
No necesitas ponerte una rutina estricta desde el primer día, esto podría tener el efecto contrario: desanimarte si no lo consigues y hacerte declinar. Con el método Kaizen, lo que haces es construir una rutina paso a paso, y debido a esto vas a ser capaz de hacer de esa rutina algo sostenible. A medida que avanzas en el incremento del alcance de tu objetivo, podrás hacer ajustes en el camino, creando de forma simultánea un plan más detallado. Tener un plan detallado hace más fácil lograr tus metas.
De igual manera, el método Kaizen te da cierto respiro dentro de tu plan, permitiendo algo de improvisación. A veces, cuando determinas un plan, si un paso sale mal, terminas autocastigándote y deteniéndote. El método Kaizen se apoya en la posibilidad de hacer pequeños ajustes internos a tu plan, ya que la persona que sabe mejor cómo cambiar una situación es, por lo general, aquella que se encuentra inmersa en esta: tú mismo.
Por lo tanto, si estás apuntando hacia tu mejora personal, probablemente es el momento de darle una oportunidad al método Kaizen. El simple hecho de abrazar esta filosofía de mejora continua es un pequeño paso en sí mismo, más adelante puedes probar todas las posibilidades de la metodología. Después de todo, las pequeñas acciones que realizas cada día para mejorar son las que hacen que la magia ocurra, quizá a un menor plazo de lo que crees.
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Fuente: MNN.