Metodologías

Publicado el mayo 6th, 2019 | por webmaster

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Tres hábitos sencillos que te ayudarán a aumentar tu capacidad de pensamiento crítico

Cuenta la historia que, hace algunos años, un CEO estaba seguro de que su compañía era la líder del mercado. Decía que los clientes nunca se irían con la competencia, pues les costaría mucho hacer el cambio. Semanas después, el gigante manufacturero Procter & Gamble decidió no renovar su contrato con la firma, y no es necesario decir cuánto dinero se perdió. El CEO en cuestión estaba en shock.

Hemos visto muchos artículos y programas de televisión que muestran empresas en crisis. Algunas veces, estas buscan ayuda porque han estado mal dirigidas, porque sus procesos están obsoletos o porque no cuentan con la tecnología más avanzada. En ocasiones, se puede evidenciar cierto nivel de negligencia por parte de los directivos. Sin importar sus características, todos estos problemas organizacionales comparten una misma causa raíz: la falta de pensamiento crítico.

Muchos líderes empresariales no se toman el tiempo de razonar mientras están atravesando un problema, de evaluar el tema desde todos los puntos de vista posibles. A veces, los líderes se decantan por la primera conclusión, sin importar lo que muestre la evidencia. Peor aún, algunos solo escogen ver la evidencia que dé peso a sus creencias iniciales.

La falta de metacognición, es decir, razonar y aplicar el pensamiento a la forma de actuar y aprender del entorno, también es un gran impulsor de esto, lo que hace que las personas se confíen de más.

La buena noticia es que el pensamiento crítico es una habilidad que se puede aprender. A continuación verás tres hábitos simples que puedes aplicar para mejorarla. Ahora, al continuar leyendo seguramente pensarás que son cosas que ya haces, pero no de una manera tan deliberada y profunda como podrías. Cultivar estos hábitos clave te ayudarán mucho a aumentar esta capacidad, que es cada vez más demandada por el mercado laboral.

Cuestiona las suposiciones

“Las suposiciones son la causa de todas las…” bueno, ya sabes.

Cualquier consultor que trabaje para dar vuelta a una organización comenzará por cuestionar las suposiciones de la empresa. Por ejemplo, la representante de una firma consultora visitó las tiendas de una cadena minorista, haciéndose pasar por una compradora. Pronto descubrió que la compañía había presumido que sus clientes poseían muchos más ingresos disponibles de los que en verdad tenían. Esta creencia errónea hizo que la compañía pusiera un precio demasiado alto a su ropa. Habría ganado más si la hubiera vendido a precios más bajos.

Por supuesto, es difícil cuestionarlo todo. No te puedes pasar todo el día echando globos y haciéndote preguntas absurdas. Por tanto, el primer paso para cuestionar las suposiciones es averiguar en qué situaciones te conviene hacerlo.

Por ejemplo, si tu compañía está corriendo un gran riesgo y hay mucho en juego, es un buen momento para cuestionar. Por ejemplo, si estás discutiendo la estrategia de la empresa a largo plazo, en la que se basarán los años de tiempo, dinero y esfuerzo, asegúrate de hacer preguntas básicas como: ¿cómo sabes que las métricas del negocio aumentarán?, ¿qué dice la investigación sobre tus expectativas sobre el futuro del mercado?, ¿te has tomado el tiempo para entrar en los zapatos figurativos de tus clientes como un consumidor incógnito?

Otra forma de cuestionar tus suposiciones es considerar alternativas. Podrías preguntar: ¿qué pasaría si nuestros clientes cambian?, ¿o si nuestros proveedores salen del negocio? Este tipo de preguntas te ayudan a obtener nuevas e importantes perspectivas que te permiten afinar tu pensamiento.

Razona a través de la lógica

Hace años, la misma firma consultora asumió la tarea de cambiar la división de una gran empresa de lencería. El crecimiento de una de sus principales líneas de productos había estado disminuyendo durante años. Nadie podía entender por qué.

Resultó que la empresa había cometido el error de razonamiento de generalizar, sacando una conclusión basada en evidencia limitada o insuficiente. A saber, la compañía creía que todos sus clientes internacionales tenían preferencias similares en lencería. Por tanto, se enviaron los mismos estilos de brasieres a todas las tiendas en toda Europa.

Cuando el equipo de la firma consultora comenzó a hablar con el personal y los consumidores, se dieron cuenta de que los clientes en diferentes países tenían gustos y preferencias muy diferentes. Las mujeres británicas, por ejemplo, tendían a comprar sostenes de encaje en colores brillantes. Las italianas preferían los sostenes beige, sin encaje. Y los de Estados Unidos lideraron el mundo en la compra de sostenes deportivos. Para esta compañía de lencería, mejorar su razonamiento ayudó a aumentar la productividad de manera significativa.

La buena noticia es que la práctica formal de la lógica se remonta a más de 2.000 años, a Aristóteles. Y, durante ese tiempo, ha demostrado su mérito al ayudar a llegar a conclusiones sólidas.

En tu organización, presta mucha atención a la cadena de la lógica construida por un argumento en particular. Pregúntate si el argumento es respaldado en cada punto por la evidencia, y si todas las piezas de evidencia se construyen unas sobre otras para producir una conclusión sólida.

Ser consciente de las falacias comunes también puede permitirte pensar de una manera más lógica. Por ejemplo, las personas a menudo se involucran en lo que se conoce como pensamiento «post hoc». En esta falacia, la gente cree que «porque el evento Y siguió al evento X, el evento Y debe haber sido causado por el evento X».

Por ejemplo, un gerente puede creer que sus agentes comerciales acumulan más ventas en la primavera porque están motivados por los discursos motivadores ofrecidos en la conferencia anual de febrero, pero hasta que se haga esa suposición, no hay forma de que pueda saber si su creencia es correcta.

Busca la diversidad de pensamiento y colaboración

Por años, Helen Lee Bouygues, una de las mujeres más exitosas en el campo de la transformación empresarial, fue la única mujer en el equipo de transformación de McKinsey. Y hoy, mientras forma parte de más de media docena de juntas corporativas, por lo general es la única asiática y la única mujer en la sala durante las reuniones.

Lee Bouygues ha afirmado que debido a sus antecedentes y experiencias de vida, tiende a ver las cosas de manera diferente a las personas que me rodean. Esto a menudo ha jugado a su favor, pero tampoco es inmune al pensamiento grupal. Cuando está con personas similares a ella por cualquier motivo, trata de solicitar diferentes puntos de vista. Esto la hace una mejor pensadora.

Es natural que las personas se agrupen con otras que piensan o actúan como ellas. Esto sucede sobre todo en línea, donde es tan fácil encontrar un nicho cultural específico. Los algoritmos de las redes sociales pueden restringir nuestras perspectivas aún más, al proporcionar solo noticias que se ajustan a nuestras creencias individuales.

Esto es un problema. Si todos en nuestros círculos sociales piensan como nosotros, nos volvemos más rígidos en nuestro pensamiento y es menos probable que cambiemos nuestras creencias sobre la base de nueva información. De hecho, algunas investigaciones muestran que, mientras las personas más escuchan a las que comparten sus puntos de vista, estos se vuelven más polarizados.

Es crucial que salgas de tu burbuja personal. Puedes empezar por cosas pequeñas. Si trabajas en contabilidad, haz amigos con gente de marketing. Si siempre vas a almorzar con tus superiores, ve a un juego de pelota con tus colegas. Entrenarte de esta manera te ayudará a escapar de tu pensamiento habitual y a obtener una mejor comprensión.

En las reuniones corporativas, ofrece a las personas la oportunidad de expresar sus opiniones de manera independiente, sin la influencia del grupo. Por ejemplo, cuando pidas consejo, retén tus propias preferencias y pide a los miembros de tu equipo que te envíen sus opiniones en notas separadas. Esta táctica ayuda a evitar que las personas se involucren en el pensamiento grupal.

Si bien estas tácticas pueden parecer fáciles, o incluso obvias, en la práctica es raro encontrarlas, sobre todo en el mundo empresarial, y muchas organizaciones no se toman el tiempo para participar en formas sólidas de razonamiento. Pero el importante trabajo del pensamiento crítico vale la pena. Si bien la suerte puede jugar a favor o en contra de los éxitos de una organización, las victorias más importantes se logran a través del pensamiento inteligente.

 

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Fuente: HBR.


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