Publicado el junio 5th, 2018 | por webmaster
0La nueva imposición de aranceles al acero y aluminio es un error.
En marzo de este año, el gobierno de los Estados Unidos en cabeza de su presidente, Donald Trump, impuso nuevos aranceles del 25% y 10% a las importaciones de acero y aluminio. Al principio, se había hecho una exención a la Unión Europea, México y Canadá, pero esta terminó el pasado 1 de junio.
El presidente Trump impulsó esta medida con el fin de proteger a la industria estadounidense de lo que él denomina como una competencia injusta con los países importadores, aumentando así los beneficios para las compañías productoras locales.
No considero que la decisión del presidente Trump de imponer nuevos aranceles a los países importadores vaya a favorecer a la industria norteamericana. Al contrario, al aumentar los impuestos al acero y aluminio que ingresan al país se incrementan también los costos de producción en las fábricas que requieren estos metales como su materia prima, de esta manera se eleva también el precio comercial de los productos, se desincentiva el consumo interno y externo y se generan pérdidas.
Esto sin contar con que México, Canadá y la Unión Europea ya están tomando represalias contra EE.UU por esta causa.
En el caso de México, el ministerio de economía anunció que impondrá aranceles a productos estadounidenses como lámina plana de acero, tuberías, embutidos, chuletas de cerdo, uvas, manzanas y quesos. El ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, afirmó que “este tipo de cosas no benefician a nadie”, además agregó que México es el principal comprador de aluminio y el segundo mayor comprador de acero a EE.UU.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, calificó la medida como “un insulto a la alianza militar de sus naciones” y recordó que este país compra la mitad de las exportaciones de acero de Estados Unidos. En Canadá también se planean contramedidas restrictivas, como un arancel del 25% a productos de acero y del 10% a productos como salsa de soya, yogur, pizza, quiche y papel higiénico, entre otros.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pretende llevar a Trump ante la Organización Mundial de Comercio por esta política, que calificó de “totalmente inaceptable”. Así mismo, la Unión Europea planea imponer aranceles a productos estadounidenses como jugo de naranja, whisky, jeans, tabaco, maíz, acero y cosméticos; escogidos para que esta medida tenga la máxima repercusión política.
Teniendo en cuenta las relaciones comerciales de Estados Unidos con estos países, no quiero ni imaginar en cuán grado se verán afectadas las empresas exportadoras. Pero lo más grave es que decisiones como esta, que parecieran propender por la protección de los intereses estadounidenses, lo que generan es una mayor afectación de estos al desencadenar guerras comerciales con otros países, lo que conlleva a consecuencias funestas para todos. Es lo que podría suceder a no muy largo plazo en caso de continuar implementando esta y otras medidas proteccionistas.
En mi opinión, el presidente Trump debió haber previsto mejor las repercusiones de esta ley antes de firmar su implantación. El gobierno norteamericano tendrá ahora que tomar todos los correctivos necesarios para que su industria no se vea mucho más perjudicada por esto de lo que en poco tiempo podría estar.