Publicado el julio 26th, 2018 | por webmaster
0Enfocando el concepto de innovación en la deconstrucción de nuestros productos
Al pensar en la innovación, por lo general nos enfocamos en uno de sus componentes, dejando de lado al otro. Creemos que la innovación va solo de construir nuevas cosas, se nos recuerda constantemente que se trata de crear nuevos productos, servicios y experiencias. Aunque esta definición es correcta y apropiada, deja de lado algo muy importante.
Pensemos por ejemplo en los colchones. Todos queremos que sean cómodos, y sería genial que duraran por más tiempo. Pero, por más extraño que parezca, el componente interno de un colchón es un producto muy complicado, una “lasaña” de capas y capas de recubrimiento, algodón y acero. Así que, mientras el producto terminado es muy confortable, es muy difícil deconstruirlo cuando una persona lo termina. Y aquí yace el por qué de este artículo.
¿Cómo podemos hacer que nuestros productos sean fáciles de deconstruir?
Continuemos con el ejemplo de los colchones. Muchas veces, cuando compramos uno nuevo, el anterior termina en la basura. Una manera horrible de salir de circulación, pues mucho del colchón descartado podría ser reutilizado: el algodón de guata, los muelles internos, algunos de los revestimientos de espuma. El problema es que el costo de deconstruir un colchón, al no haber sido diseñado para que sus partes puedan ser divididas fácilmente, hace que reutilizar sus componentes sea muy difícil.
Ahora, las preguntas que podríamos hacernos son: ¿estamos dispuestos a aceptar productos menos elegantes, pero más fáciles de deconstruir y de esta forma más amigables con el medio ambiente? ¿Aceptaremos productos menos “bonitos” que tengan componentes reutilizables? ¿Por qué la innovación no se enfoca en el problema de la obsolescencia?
Esta es una cuestión de diseño, costos y consciencia. Por años, los consumidores han adquirido nuevos productos con la misma facilidad con que luego los descartan, sin pensar en lo que sucede con el producto terminado una vez que se va a la basura.
Si alguna vez has visto personas separando circuitos eléctricos a mano, o grandes dispositivos electrónicos y toda clase de productos yendo directo al basurero, sabrás que estamos descartando un montón de materiales que no se van a descomponer bien dentro de un gran hueco. Hay mucho valor inherente dentro de los basureros, que no puede ser utilizado porque nuestros diseños no se anticipan ni se acomodan a una simple deconstrucción del producto terminado.
¿Qué pasaría si la innovación y el diseño se enfocaran también en la deconstrucción?
Existe una gran oportunidad para que las compañías creen productos cuyos componentes puedan ser separados fácilmente una vez estos alcancen el final de su vida útil. Pero esto genera algunos inconvenientes. Hacerlo puede requerir cambios en la fabricación y el empaque de los productos. Hacer que la deconstrucción sea más sencilla puede hacer que el producto sea menos atractivo visualmente o menos elegante. A pesar de ello, es algo que podemos hacer y en lo que deberíamos pensar al diseñar nuevos productos.
A menudo, los innovadores piensan en construir nuevos productos, pero no toman en consideración del todo lo que sucede cuando este alcanza el final de su vida útil. Y francamente, deberíamos estar mucho más preocupados acerca de cómo se deconstruyen los productos o simplemente se arrojan a la Tierra.
¿Podemos ser tan innovativos en la deconstrucción de un producto al final de su vida útil como lo somos en su diseño y desarrollo inicial? ¿Costaría mucho más construir un producto que pueda ser fácilmente deconstruido y cuyas partes se puedan separar para que se pueda fomentar la reutilización y el reciclaje? El mercado para los productos totalmente reutilizables y reciclables está ahí afuera, esperando por esto. Los innovadores deberían estar pensando no solo en crear nuevos productos, sino también en cuán rápido y fácil estos podrán ser deconstruidos después.
*Artículo basado en el original publicado por Quality Digest.