Lean Manufacturing

Publicado el agosto 2nd, 2018 | por webmaster

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Nueve consejos que te ayudarán a desarrollar una mayor disciplina en el liderazgo de tu empresa

Los líderes empresariales tienen un trabajo difícil. Deben dirigirse a sí mismos, a otros y mantener a la organización orientada hacia la dirección correcta. De hecho, de esto depende que la empresa tenga éxito. De esto puede devenir el estrés, el miedo y otras emociones por el estilo que pueden frenarte en el camino hacia una eficaz disciplina en el liderazgo de su empresa.

Cuando se trabaja con CEOs y empresarios, el gozo de compartir con líderes fantásticos es palpable. Se nota la experiencia que han ganado y su satisfacción por estar realizando una buena labor. Pero también se ven y se escuchan sus luchas personales, su preocupación por los problemas de las personas y cierta frustración.

Si bien esto es cierto, lo es también que al darle como líder un enfoque disciplinado a tu tarea puedes reducir tus niveles de miedo y falta de ilusión.

¿Cómo puedes percibir si a tu forma de liderar le falta disciplina? Esto primero se revela en el rendimiento financiero a largo plazo, pues la organización no podrá funcionar a su máximo nivel. Segundo, verás disfuncionalidades en el equipo y altos niveles de rotación de personal, queriendo decir en términos escuetos que la gente se va. Tercero, habrán constantemente comentarios negativos que afecten a la empresa y que por lo general no llegarán a oídos de la dirección.

Infortunadamente, los líderes empresariales suelen permitir que los altos niveles de disfunción y posterior frustración se conviertan en algo normal. En algunos casos, el CEO no se da cuenta de esto. Te preguntarás cómo es posible que esto suceda. Muy sencillo, los líderes no siempre ven el cuadro completo, puesto que sus colaboradores les dicen lo que quieren escuchar.

Por ejemplo, al trabajar con el CEO de una empresa mediana, este dio la impresión de que las cosas estaban funcionando bien a nivel de liderazgo. Sin embargo, una mirada más profunda reveló que mucha frustración en el equipo. Esto no es un caso aislado, pasa todo el tiempo. El CEO, o cualquier líder de una compañía, no siempre sabe cuál es la historia completa, porque su nivel de disciplina no permite que haya una completa transparencia por parte de su personal.

Entonces, ¿cómo te conviertes en un líder disciplinado, que crea hábitos sanos a nivel personal y organizacional? Esta lista puede ser una herramienta poderosa que te ayudará a desarrollar esa disciplina que tanto se necesita dentro de las compañías.

Vamos a dividirla en dos partes, disciplinas personales y disciplinas organizacionales.

Disciplinas personales

Conoce los principios de tu liderazgo

Escribe los cuatro principios por los que te vas a regir a la hora de liderar tu empresa. Estos deben ser personalizados a lo que tú mismo como líder quieres lograr, así que olvídate de frases genéricas que hayas leído o escuchado por ahí.

Identifica y comunica tus expectativas

Cada líder debería identificar y comunicar las tres principales expectativas que tienen sobre quienes se reportan directamente a él. Este paso por sí solo te va a quitar un montón de frustraciones que provienen de que los miembros de tu equipo no sepan lo que realmente esperas de ellos.

Sé consistente

La consistencia y coherencia entre lo que afirmas y lo que haces es clave a la hora de alcanzar tus objetivos en cualquier aspecto de tu vida, de otro modo, lo único que atraerás es estrés y caos.

Haz las cosas

Nada ayuda más a que desarrolles una disciplina personal eficaz como mantener un nivel alto de rendimiento.

Disciplinas organizacionales

Desarrolla una visión a 10 años para tu compañía

A esto por lo general se le considera algo irrelevante, pero es importante que crees una perspectiva a futuro para tu organización, incluso si no tienes la menor idea de cómo la vas a alcanzar.

Ten una estrategia

Aunque esto te pueda sonar básico, lo que ha de sorprenderte es que la mayoría de organizaciones no tienen una estrategia definida. Esta debe explicar de una manera clara cuál es el valor que se espera que la compañía genere. Esto crea su unicidad y diferenciación en el mercado, te cuenta dónde operar y dónde no, además te ayuda a identificar una serie de competencias y actividades que serán difíciles de replicar.

Establece un ritmo de trabajo estricto

Un ritmo establecido crea disciplina. Esto comienza con un conjunto de reuniones y mucha comunicación. Puedes empezar por una reunión anual de planeación estratégica, luego actualizar la estrategia cada cuatro meses, renovar los objetivos cada mes y realizar una reunión semanal para obtener información. Incluso, te recomendamos reunirte a diario con tu equipo como parte de ese ritmo.

Crea tu gran objetivo central

Como líder disciplinado, identificarás y comunicarás a tu equipo de trabajo un pequeño grupo de objetivos al año, de tres a cinco, luego lo harás cada cuatro meses. Pero más adelante, esos objetivos específicos se convertirán en una gran meta general que vas a resaltar y habrá de ser adoptada por toda la organización.

Céntrate en tus empleados

Deshazte de ese proceso de revisión anual y, en lugar de ello, implementa un plan de desarrollo de tus empleados cada cuatro meses. Este proceso de fomento y autoevaluación no debería tomarle a cada uno de ellos más de 30 minutos.

Recuerda que liderar tu empresa sin tener una disciplina eficaz puede funcionar, pero solo a corto plazo. Abrazar la disciplina como parte fundamental de tu organización hará que se reduzcan tus niveles de estrés y ansiedad, y en consecuencia mejorará la sanidad de tu equipo y tu compañía.

 

*Artículo basado en el original publicado por Forbes.

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