Industria 4.0

Publicado el julio 23rd, 2018 | por webmaster

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Cuatro mitos y verdades sobre el tránsito hacia la automatización

¿Te acuerdas de VisiCalc, considerada como la primera app disruptiva? En 1978, este software de cálculo marcó el inicio del boom de los PCs. Aunque solo funcionaba en el ordenador más caro de Apple, su habilidad para calcular y recalcular matrices tuvo mucho que ver con la explosión de la automatización de la información.

En 1985, un producto de siguiente generación llamado Excel conquistó al mercado con una capacidad computacional significativamente mayor que la de sus predecesores, añadiendo macros, gráficas, matrices y una interfaz fácil con muchas otras aplicaciones. Hoy en día, se reporta que Excel está en las manos de 1.3 billones de usuarios. Es una herramienta fascinante con funciones que casi cualquiera puede usar.

Pero el entusiasmo por la automatización de la información puede ser un problema. En 1996, mientras TSSC estaba asistiendo a una compañía para mejorar la configuración de las máquinas, su director utilizó Excel para diseñar un plan de mejoramiento A3, complementado con estados gráficos actuales y como objetivo de VSM, problemas y contramedidas, metas y resultados. Cuando lo mostró con orgullo a su maestro, él respondió: “deberías pasar más tiempo observando que haciéndolo lucir bonito”.

Este director recuerda este consejo cada día durante su trabajo con sus clientes. ¿Por qué sentimos la necesidad de digitalizarlo todo? La planeación estratégica, el entrenamiento, los proyectos de gestión, los sistemas de solución de problemas. En todo nos preocupamos por automatizar, creyendo que esto en sí es una mejora. Aquí hay algunos mitos de los implementadores Lean, citados textualmente, que a Bruce Hamilton, autor de este artículo, le gustaría desacreditar en honor de su profesor de TSSC.

Mito #1:
«Conectamos nuestra estrategia en línea a todos los departamentos, creando una línea de visión desde la empresa hasta las métricas individuales del departamento»

La realidad: En muchas ocasiones, este compendio de actividades multinivel reemplaza el tipo de discurso humano que se necesita para comunicarse efectivamente y desarrollar una estrategia. Por ejemplo, una matriz tipo X, anidada a múltiples niveles, no ilumina del todo, pues esconde conexiones que aparecen de inmediato en un muro físico de despliegue de estrategia.

Mito #2:
“Poner nuestro sistema de ideas en línea ha aumentado la visibilidad de estas”

La realidad: Un software de sistema de ideas en línea a veces las esconde. Una empleada de una fábrica hace poco se refirió a la app de ideas de la compañía como un “agujero negro”. Además, cuando las ideas se digitalizan, la naturaleza visual de una pizarra de ideas físicas se pierde en la miopía. Vemos las ideas por separado, en lugar de darnos cuenta de que son los componentes de un sistema.
Y, a pesar de que la alfabetización informática de los empleados promedio está mejorando, la idea de usar una aplicación todavía asusta a muchos.

Mito #3:
‘Los dispositivos electrónicos de recolección de datos proporcionan información estandarizada en tiempo real’.

La realidad: Claro, las pantallas LCD son baratas hoy en día, quizá más que un tablero decente, pero en ocasiones los dispositivos electrónicos le quitan creatividad y sentido de pertenencia a la línea frontal. Un supervisor se quejaba con Hamilton diciendo: “me toma mucho más tiempo introducir la información al dispositivo que simplemente escribirla en un tablero. Lo actualizo cuando tengo tiempo”. Y apenas lo tiene.

Mito #4:
“Estamos realizando nuestro entrenamiento Lean en línea para ahorrarnos tiempo y dinero”.

La realidad: Sin lugar a dudas, hay un componente del aprendizaje de la filosofía Lean que se debe hacer sentado en un computador. Pero el aprendizaje real ocurre en la práctica y el entrenamiento. Esto es una gran verdad en el mundo Lean, donde los conceptos van en contra del pensamiento convencional. Aunque se puede encontrar mucho material sobre el tema en Internet, no es un sustituto del aprendizaje tácito que se realiza haciendo las cosas. Las organizaciones que creen estar ahorrando tiempo y dinero solo entrenando en línea están, de hecho, tirándolos a la basura.

 

En todos estos mitos está implícita la idea del reemplazo de la gestión manual de la información por una máquina que cumpla esta misma función, llámese esta IoT, Industria 4.0 o la próxima revolución industrial. Pero, cabe preguntarse, ¿cuáles serán los beneficios?, ¿las aplicaciones disruptivas realmente harán a la industria más flexible y eficiente, o solo deshumanizarán a los lugares de trabajo?

 

Desde nuestra posición pensamos que es aquí donde entra de verdad el importante papel que tenemos como empresarios para que la automatización no se nos salga de las manos. Tenemos tres caminos. El primero, no automatizamos, y otras empresas lo hacen antes que nosotros, quitándonos todo posible beneficio. El segundo, automatizamos porque sí, y no nos detenemos a pensar en las consecuencias de esto para nuestros empleados, causando que muchos de ellos pierdan su trabajo.

Y el tercero, que es por el que aquí nos decantamos, es realizar un tránsito hacia la automatización concienzudo, poco a poco, no disruptivo del todo, en el que nos involucremos como directores y pongamos a nuestros empleados en el primer lugar, brindándoles toda la capacitación que nos sea posible para que se familiaricen con las herramientas, estableciendo las reglas del juego y asistiéndoles en su uso correcto.

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